PROBLEMAS SOCIALES Y CRIMINALIZACIÓN

La protesta social como terrorismo

Acaba de salir una nota en el periódico qué provoca realmente escándalo. En México se ha decidido combatir al terrorismo como en otros países, pero el problema no es el fin sino los medios utilizados.

Aunque en principio podemos estar de acuerdo que no hay que abusar de la libertad humana, eso no significa qué usando cualquier medio lo legitime. La nota[1] señala:

“Con 83 votos a favor de las bancadas de PRI, PAN y Partido Verde, y 22 votos en contra de PRD, PT y Movimiento Ciudadano (MC), el Senado aprobó reformas penales para fortalecer el combate al terrorismo. Sin embargo, el aval en el Senado no estuvo exento de fuertes críticas de la oposición, que consideró las modificaciones un pretexto para “criminalizar la protesta social”, vulnerar la libertad de expresión y crear tipos delictivos “profusos y confusos” en el artículo 139 del Código Penal de la Federación”.

Ahora hay fundamento para esto. El código dice:

“Artículo 139.- Se impondrá pena de prisión de seis a cuarenta años y hasta mil doscientos días multa, sin perjuicio de las penas que correspondan por los delitos que resulten, al que utilizando sustancias tóxicas, armas químicas, biológicas o similares, material radioactivo o instrumentos que emitan radiaciones, explosivos o armas de fuego, o por incendio, inundación o por cualquier otro medio violento, realice actos en contra de las personas, las cosas o servicios públicos, que produzcan alarma, temor o terror en la población o en un grupo o sector de ella, para atentar contra la seguridad nacional o presionar a la autoridad para que tome una determinación.”[2]

Resulta inquietante qué se crea que la resolución de problemas sociales culturales y naturales humanos se pretenden resolver con esa razón instrumental del control. La verdadera solución a los conflictos sociales es un camino largo y multidimensional dónde se combate las causas y efectos que a su vez se convierten en causas de los problemas. La mera sanción y amenaza es probable que produzca una especie de bucle recursivo: la sanción generara probablemente más protesta y la protesta daría la intención de recrudecer las penas hasta que el equilibrio del propio sistema, de por sí deteriorado, pueda estallar.

Considero que los problemas deberían de resolverse con un acercamiento, de nuevo, complejo a la realidad misma que es el terrorismo y la protesta social.