LOS DERECHOS HUMANOS COMO MARCO REGULADOR DE LA CONVIVENCIA
Toda convivencia se rige, explícita o implícitamente, por un marco regulador de normas y valores, tanto en el ámbito más micro de la familia o entorno inmediato al individuo, como en el conjunto de los diferentes contextos sociales en los que vivimos.
Sabemos que ese código de normas y valores es transmitido desde diferentes instancias sociales, familia, escuela, medios de comunicación, sistema judicial, estrategias políticas, confesiones religiosas, etc. Pues bien, para todos esos ámbitos y como criterio general de convivencia proponemos partir del conjunto de los derechos y deberes integrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. ¿Por qué? Porque los derechos humanos representan el pacto más sólido para una convivencia democrática, además de representar el consenso más grande jamás conseguido en la historia de la humanidad sobre valores, derechos y deberes para vivir en comunidad.
Al indagar en los pilares sobre los que buscamos construir la convivencia, los derechos humanos representan la opción idónea y legítima. La idea central en la que se asienta el concepto de derechos humanos es la de la dignidad inherente a todo ser humano y sobre este punto de partida debemos construir la convivencia en todos los ámbitos sociales. Dignidad que se sitúa entre tres cualidades esenciales: libertad, justicia y plena igualdad. En consecuencia, estamos hablando no de una dignidad de carácter exclusivamente moral, sino de convivencia digna. En esta dirección podemos decir que la Declaración promueve un conjunto de valores, principios y normas de convivencia que deben conformar esa dignidad humana, así como la vida en sociedad, al mismo tiempo que rechaza los valores y prácticas contrarias …
Jares R. Xesús (2008) Pedagogía de la convivencia. Barcelona, Graò, Biblioteca de aula, pp. 17 -21.
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