Aún en la prehistoria

Aún en la prehistoria

Publicado el 13/Septiembre/2013 | 00:51

 http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/aun-en-la-prehistoria-590628.html

Por: Marena Briones Velasteguí

Cuando leí que alrededor del 90% de las becas gubernamentales iban a estar destinadas a favorecer la formación en las denominadas ¨ciencias duras¨, pensé que el tema ameritaba presencia en este espacio. Lo amerita por varias razones. Pero, antes de referirme a un par de ellas, creo que será saludable retomar, en apretada síntesis, las seis asignaturas que, en aras de la reforma educativa que considera indispensable para la humanidad, Edgar Morin ¨(i)ntroduciría en todos los niveles de la enseñanza, desde la primaria hasta la universidad¨: 1) ¨el conocimiento del conocimiento¨, enseñar qué es el conocer, 2) ¨la realidad humana como trinidad individuo/sociedad/especie¨, enseñar que somos tanto un ¨yo¨ como un ¨nosotros¨, 3) ¨la era planetaria¨, enseñar qué hemos venido siendo humanamente desde la mundialización hasta la globalización, para vislumbrar toda suerte de horizontes a futuro, 4) ¨la comprensión del otro: entre personas, entre pueblos, entre etnias¨, 5) ¨el enfrentamiento con las incertidumbres¨, y 6) ¨la trinidad ética¨, integrada por una ética de la persona, una ética cívica y una ética del género humano.

Dado que nada en el mundo (ni en el Universo) existe de manera completamente aislada, parece claro que no me será posible afirmar que las ¨ciencias duras¨ (bajo esa designación suele incluirse a las ciencias físicas y a las ciencias naturales; a las ciencias consideradas más ¨rigurosas¨, ¨objetivas¨ y experimentales) no tienen absolutamente nada que ver con las materias propuestas por Morin; pero, lo que sí me será posible decir es que tales materias no pertenecen al campo de lo estrictamente ¨científico¨, sino más bien al campo de lo estrictamente ¨social¨, de lo estrictamente ¨humano¨. En otras palabras, pertenecen al campo de las usualmente llamadas ¨ciencias blandas¨, nada menos que aquellas ciencias para cuya reflexión sistematizada el Gobierno ha resuelto destinar tan sólo una de cada diez becas.

Morin sostiene que no solo la ignorancia causa ceguera, sino que también puede causarla el conocimiento. En el planeta, a diario sobran pruebas de que efectivamente es así. Si hasta el ilustre José Saramago concibió en la ficción todo un ensayo sobre la ceguera. Nuestra ceguera –afirma Morin- es sobre todo producto de dos tipos de carencias cognitivas: ¨la ceguera propia de un modo de conocimiento que, al compartimentar los saberes, desintegra los problemas fundamentales y globales que exigen un conocimiento interdisciplinar¨, y ¨el occidentalocentrismo, que nos coloca en el trono de la racionalidad y nos da la ilusión de poseer lo universal¨. Sospecho que, no obstante lo revolucionario que a veces pretende sonar el discurso oficial, seguimos fervorosamente atados a ese paradigma cognitivo reduccionista, ¨instrumentalista¨, racionalista, maniqueísta, determinista, desarrollista, ¨tecnocientificista¨, que nos perpetúa en el estado al que Morin llama ¨la prehistoria del espíritu humano¨, la ¨edad de hierro planetaria¨.