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La razón poética y el pensamiento complejo

Por Graciela Maturo

"Esa razón popular, que en general es sincrética, toma de acá y de allá y se mezcla en ese gran crisol de la cultura popular, esa es la expresión de la cultura latinoamericana, no el microclima de las universidades, que a veces son repetidoras de lo que se dice en otras universidades del planeta, y está bien que se haga, no estoy hablando mal de eso, pero, es poco; falta.

¿Y qué falta? La voz del pueblo".
G.M.

Efectivamente, hoy habíamos propuesto un tema como punto de partida de un diálogo, no es que pretenda traerles ninguna palabra del todo nueva, porque me imagino que en una Universidad que se llama bolivariana y que trabaja especialmente para América Latina, al servicio de la revolución bolivariana y al servicio de la integración latinoamericana, supongo que le darán prioridad a un pensar latinoamericano, de manera que lo mío puede ser llovido sobre mojado.

Quiero decirles algunas palabras sobre la razón poética y también sobre el pensamiento complejo que sé que a ustedes les interesa, y que se está difundiendo bastante en América Latina. La razón poética proviene por supuesto del campo de las artes y de la filosofía, elpensamiento complejo proviene del campo de las ciencias, pero no de las ciencias sociales sino de la ciencia física, de la ciencia biológica, del gran salto que han dado las ciencias llamadas duras, en el siglo XX. Y no recientemente, sino desde el comienzo, desde las primeras décadas del siglo XX. Salto cualitativo que va irradiando cada vez más hacia las áreas de la filosofía e incluso de la divulgación y de la vida. Siempre ocurre esto cuando hay revoluciones científicas, pasa bastante tiempo hasta que ese cambio de conciencia se va generalizando en una época. Eso está ocurriendo ahora con el pensamiento complejo. Pero yo quiero tratar de señalarles las confluencias tan interesantes que se dan entre razón poética y pensamiento complejo.

Efectivamente, están corriendo nuevos vientos en el mundo en general y especialmente para nosotros los latinoamericanos que alentamos un proyecto de integración subcontinental con miras a iniciar una nueva etapa. Viene desde muy lejos la razón poética en Occidente, pero si la rastreamos en otras culturas no occidentales vamos a ver que está omnipresente; ¿qué quiero decir con esto? Nos hemos formado en las filosofías y en las ciencias occidentales, de esto no cabe ninguna duda, pero América Latina es una sociedad multiétnica, de variados colores, donde también alientan otros pensamientos, otras culturas y otras raíces. Y por ahora me voy a referir a esta raíz de la razón poética en la cultura occidental.

En la cultura occidental la razón poética está unida a la filosofía anterior a Sócrates, anterior a que se instalara ese racionalismo que presidió ese desarrollo de las ciencias, e incluso la propia filosofía occidental. Anterior a Platón, anterior a Aristóteles, anterior a esos grandes pilares de la filosofía, siempre digo, europea. ¿Qué hay con anterioridad a eso? Hay la filosofía de los poetas y hay la filosofía de los pueblos. Los pueblos tienen una razón de existir que está expresada en sus mitos, en sus leyendas, en ese corpus básico que tiene cada pueblo para desarrollarse, y que ustedes podrán estudiar también en las culturas originarias de Venezuela, de Colombia, de México, de todos nuestros países. Es decir, cada cultura tiene un corpus de mitos que encierra una cierta sapientia, una cierta sabiduría de vivir. Eso no es algo que ha sido tirado por la borda y reemplazado por la razón raciocinante de Occidente, eso es algo que tiene su valor, y quien ha conservado ese valor es el arte, es la poesía. ¿Por qué? Porque se trataba de una filosofía intuitiva, de una filosofía de la vida, de una filosofía ligada a la naturaleza, ligada al cosmos, que encontraba las claves del vivir directamente al contacto con la naturaleza, entonces esa filosofía no fue olvidada, esa filosofía fue conservada por la actividad poética, por ser ésta una actividad intuitiva y no basada en la lógica aristotélica ¿No es cierto?

¿Qué quiero decir con esto? Que existen distintos circuitos de conocimiento para el hombre. Nuevamente voy a recurrir a los griegos para decirles que existe un modo de conocimiento a través del nous y la dianoia. El primero sería el que produce el conocimiento directo, intuitivo, que empieza por los sentidos, que sigue por la afectividad, que sigue por la imaginación, por todas las facultades que el hombre tiene para desarrollarse y que no son únicamente la razón raciocinante, mientras que la dianoia, es aquella facultad que le permite al hombre razonar por medio de la inducción, la deducción, de distintos procedimientos, y que va de lo simple a lo complejo, de lo complejo a lo simple, avanzando en el conocimiento a partir de la razón, pero de un tipo de razón que es una razón acotada. Aquí podríamos hablar de los principios de la lógica aristotélica, que dicen que si una cosa es ella es ella misma y no otra cosa, o que nos dicen que una cosa no puede ser ella y su contraria, o que nos dicen que entre dos cosas opuestas hay un tercero excluido. No es que hay un tercero que las integra sino el tercero está excluido, es decir, es un modo de razonar que no ha sido ni malo ni ineficiente para el Occidente, para el desarrollo de la ciencia, de la tecnología, de todo aquello que nosotros usufructuamos y conocemos, y forma parte de nuestra vida, de modo que tampoco vengamos a decir esto no es nuestro, esto es de Occidente.

Nosotros en parte, como ya lo voy a decir después, en parte, también somos occidentales, pero no somos solamente occidentales. Por eso vamos a valorar especialmente este otro tipo de racionalidad (nous), aunque la palabra razón ha sido reservada para esto (dianoia) hay otro tipo de razón que la vamos a llamar razón poética, que se conecta también con la razón popular. Que también es necesario considerarla porque si no el intelectual se va formando aislado del pueblo al que sirve y al que representa ¿verdad?

No quiero hablar en contra de esta razón de donde proviene la ciencia, que la ha desarrollado fundamentalmente el Occidente, y también la técnica. Entonces, estamos viendo que existen dos circuitos de conocimiento en toda persona. Aquí en esta razón (nous), estaría todo lo vital, también el erotismo, todas las formas de comunicarse, de expresarse y de desarrollarse el ser humano, todo eso estaría de este lado. Y, en esta otra (dianoia), estaría este desarrollo de una razón científico-técnica. ¿Cuál ha sido el protagonista de esta forma de racionalidad?: Occidente.

Es obvio que, como en todos los diagramas o en toda expresión esquemática, estoy simplificando. No quiere decir que en el Oriente no se cultive la razón científica ni quiere decir que en el Occidente no haya habido especialmente quienes cultiven la razón poética, desde el momento en que tenemos una inmensa tradición poética occidental, que todos estudiamos, que todos conocemos, y de la cual somos herederos por nuestra lengua. Es una forma de esquematizar un poco.

Pero ¿qué quiere decir que esta razón poética, esta razón intuitiva, sea el patrimonio de los poetas? Es que la poesía no es cualquier tipo de discurso, lo sabemos. Entre ustedes habrá algunos que tal vez sean lectores, o escriban o cultiven la poesía, ¿verdad? Entonces saben que una carta de amor escrita a la novia no es una forma de expresión intuitiva como es el amor, pero no llega a ser un poema, porque un poema además de ser una expresión intuitiva es una expresión elaborada, es una expresión en que el hombre llega a ver un espejo de lo que él mismo siente, e incluso, también, alcanza un grado de reflexión sobre lo que está haciendo. Son grados superiores de elaboración de ese producto que parte de un sentimiento. Entonces, no es puro sentimiento el poetizar, hay también un refinamiento, un conocimiento, una transformación del que emite esa expresión. Es decir, es un camino de autotransformación para el poeta, así como produce los mismos efectos del creador en el que lee o en el que recibe, o en el caso del teatro, en el que es espectador. Quiere decir que la poesía y en general las artes, no son algo accesorio en una cultura, sino que son verdaderamente el resorte movilizador de esa cultura, el que ayuda al hombre a reconocerse como actor, como productor, como creador, y el que ayuda a movilizar la conciencia general.

No estoy hablando en contra de la razón ni en contra de la ciencia, no me quiero asimilar a esa filosofía llamada postmoderna que ha florecido en Europa en las últimas décadas del siglo XX y que, viendo los excesos de la razón científica y de la deshumanización de la vida, empezó a hacer una crítica de la modernidad, una crítica de la ciencia, una crítica del racionalismo, y entonces (los filósofos de esa corriente) se dieron el nombre de post-modernos, estaban más allá de la modernidad, más allá de esa esfera racionalista que generó la ciencia y la técnica.

Bueno, entonces no estoy hablando de esa postmodernidad, porque de ningún modo pienso que la razón y la técnica sean los causantes de todos lo males, como llegan a decir algunos filósofos de esta promoción postmoderna. Yo creo que América –cuando digo América digo América Latina– nunca fue totalmente moderna, pero tampoco es pre-moderna o anti-moderna como pueden ser algunos pueblos del Islam y unos que otros pueblos a los que mucho respeto, por otra parte, pero que se proclaman anti-modernos o pre-modernos. Esos pueblos no aprecian la enorme riqueza que nos viene de la razón científico-técnica de Occidente, no la aprecian, no la valoran, no quieren atesorarla, aunque muchos de ellos la usan. El que tiene una computadora y la usa para trabajar, vamos a decir que está usufructuando los bienes de ese Occidente al que maldice ¿no?... Entonces, pienso que alguien que cultiva herramientas intelectuales tiene que ser muy cuidadoso y no caer ni en vulgarizaciones ni en simplificaciones, vuelvo a decirlo no podemos suscribir desde América Latina un discurso pre-moderno ni anti-moderno, porque a nosotros nos ha venido entrando, nos ha venido traspasando la Modernidad, desde la Modernidad del Renacimiento que nos llegó con los españoles, hasta la Modernidad de la globalización técnica que nos llega en las últimas décadas.

Entonces, no podemos falsearnos a nosotros mismos, pero sí debemos recordar que nosotros no somos solamente un receptáculo de esos elementos y de esos instrumentos y de esas herramientas de pensamiento que nos provee el Occidente. También tenemos entre nosotros los pueblos originarios en esta sociedad multiétnica que es América Latina y en gran medida Venezuela, sobre todo, mucho más todavía que la Argentina, pero bueno, estoy hablando en general para toda la América Latina. Es una sociedad multiétnica, es una sociedad que no podría expresarse en una teoría cultural o política puramente occidentalista. Esa teoría hay que irla construyendo, y hay que irla construyendo para el rescate de una razón intuitiva que es la razón de los pueblos, expresada por los poetas.

Esa razón popular, que en general es sincrética, toma de acá y de allá y se mezcla en ese gran crisol de la cultura popular, esa es la expresión de la cultura latinoamericana, no el microclima de las universidades, que a veces son repetidoras de lo que se dice en otras universidades del planeta, y está bien que se haga, no estoy hablando mal de eso, pero, es poco; falta. ¿Y qué falta? La voz del pueblo. Y quienes muchas veces traen esa voz del pueblo son los artistas. Entonces, razón popular, razón poética, razón del oriente frente al occidente, como ustedes quieran verlo, es siempre una necesidad, no un opuesto, sino una complementación de nuestra cultura universitaria, de nuestra cultura intelectual, nutrida muchas veces sólo de ciencia europea, de lógica, de ese tipo de lógica restringida, de esos elementos puramente conceptuales que ha elaborado la cultura moderna occidental.

¿Es eso la expresión total de lo humano? No. Precisamente, grandes maestros contemporáneos desde la filosofía nos han venido señalando, tanto a un lado como al otro del Atlántico –porque hay muchos nombres–, nos han venido diciendo que esa razón debe ser ampliada. Se ha hablado de razón vital, se ha hablado de inteligencia sentiente, mostrando que la inteligencia no es sólo razonante sinosentiente, es una definición de un filósofo español que se llama Javier Xubiri, se habla de razón ampliada, se habla de razón poética, se habla de razón entera, como lo hace Ricoeur; en fin, todos están hablando de la necesidad de ampliar esos parámetros, de dar cuenta de todas las formas de la vida, y eso se multiplica, esa necesidad, en América Latina, por ser una sociedad multiétnica, por ser una sociedad multicultural. Esto con respecto a la razón poética.
Ahora, desde la ciencia misma en el siglo XX –y aquí estaría el profesor Álvaro Márquez Fernández para complementar lo que yo digo y me imagino que ustedes también lo han de conocer– ¿qué viene prosperando? Una gran novedad, una gran novedad desde la ciencia misma, empezando por la ciencia física, que nos vino a decir que no existía una concepción del tiempo en abstracto, sino que el tiempo era el tiempo-espacio. Bueno, los que estudian Letras, esta noción, esta categoría, la conocen como el crono-topo y la divulgó el eminente estudioso de las letras ruso que se llama Michel Bajtin; bueno, pero ustedes no son estudiantes de Letras sino de la Ciencias Políticas, pero igualmente cabe reconocer que algunas de estas nociones ya invadieron los estudios de las ciencias humanas, las van transformando, ya no estamos en esa noción del universo euclideano, el universo geométrico perfecto, que tenía un movimiento reconocido, sino que se instaló también un principio de incertidumbre, que se ha venido manifestando en creaciones de la vanguardia literaria, por ejemplo, en la novela, en otras formas de expresión literaria y artística.

Los artistas han sido muy tempranos en captar estas nuevas atmósferas, entonces hay nuevos conceptos que parten del campo de la física, de la biología, conceptos que han revolucionado el pensamiento y que entonces ha llevado a algunos de estos científicos o epistemólogos, o filósofos de la ciencia, a recobrar aquella vieja filosofía de Heráclito, llamado El Oscuro, que aconsejaba pensar siempre en términos de opuestos. Qué cosa tan distinta de aquella lógica donde cada cosa era ella, donde había un principio de identidad, un principio de no contradicción, y un principio de tercero excluido ¿no?, como dijimos antes. No, ahora esa lógica se tambaleaba, y surgían nuevas maneras de ver las cosas, maneras que se parecían más a la lógica de los poetas. Y esto surgía desde la ciencia misma, y en los últimos tiempos, especialmente desde los años 70 en adelante. Que a veces ni nos enterábamos porque estábamos sumergidos en las luchas concretas del día a día, en las luchas por la subsistencia, en las luchas por la justicia social, en todo eso que nos ocupa a pueblos que no han terminado de desenvolver su ciclo histórico, y no siempre pues, estábamos atentos a estas novedades del pensamiento. Bueno, todo esto viene trayendo un aire nuevo que puede traer infinitas consecuencias.

¿Qué quiero decir? Que puede ese pensamiento complejo al acercarse, desde este campo (dianoia) al campo contrario (nous), a la razón poética, a la razón de los pueblos, a la razón oriental, digámoslo así, para decir lo no Occidental y para no hablar de un pueblo determinado. Llamémoslo, entonces, en términos generales, lo no-Occidental, porque al fin son metáforas, metáforas del devenir del sol; el sol nace (y eso es orión, nacer en latín, que es Oriente, y occidere, morir, que es Occidente, donde se ocultaba el sol), pero América queda más allá. Si vamos a tomar ese periplo de Oriente a Occidente, como nos enseñó Carpentier, América queda más allá, es el plus ultra de Occidente, por lo menos en ese mapa ¿no?. Quiere decir que nosotros somos Oriente más Occidente y que esa confluencia delpensamiento complejo –cuyo difusor en los últimos tiempos ha sido el francés Edgar Morin, pero que no es un invento de él, hay otros que lo han difundido como Ylya Prigogine, por ejemplo, y otros que son científicos, que tienen formación científica pero que alcanzan este grado del filosofar– [esa confluencia] puede ser muy fecunda para nosotros porque impone un cambio, un giro del pensamiento, que puede permitirnos recobrar la riqueza de los pueblos originarios de América. Porque para otros tipos de pensamiento que hemos frecuentado sólo existe el hombre blanco que ha desarrollado la razón científica y nada más; entonces, los otros pueblos no habrían aportado nada a la humanidad, y eso no es justo, cada pueblo ha dado su aporte y debe ser recogido.

Quien lo puede recoger es esa conjunción de opuestos, ese pensamiento de la complejidad, ese pensamiento que aúna lo diverso y que diversifica también lo uno; es decir, un pensamiento móvil, un pensamiento flexible que nos enseña a ver la realidad de otra manera.

Nota
1 Conferencia pronunciada por la poeta el día Martes 9 de junio de 2009, en la Universidad Bolivariana de Venezuela, sede Zulia.

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