HERENCIA DE LA TIERRA A LA MUJER
El caso de los hogares monomaternales
Dr. Carlos David Solorio Pérez
Los hombres se van y las mujeres se quedan, es la característica en los hogares con jefatura femenina de familias mesoamericanas rurales estudiadas en el occidente de México. Las madres de las entrevistadas fueron herederas de la tierra y, aunque no tienen el reconocimiento social de jefa, son ellas quienes deciden continuar el patrón de uxorilocalidad, consciente o no, y por lo tanto han creado otras formas de convivencia familiar.
Los hogares con jefatura femenina por tanto han tenido una presencia importante, no se puede asegurar que han decrecido o aumentado porque los datos disponibles son de un par de décadas atrás, y la presencia de dichas familias es recurrente en Mesoamérica (Robichaux, 2002), lo que sí se puede asegurar, con base en la investigación realizada, es que dicha estrategia tiene convergencia con la herencia de la tierra a la mujer, ya que le dota de seguridad personal, familiar y social que se traduce en redes de apoyo, con las cuales madres solteras usan para conseguir un trabajo, dejar al cuidado de otras sus hijos, acompañarse para realizar labores domésticas y extradomésticas y demás actividades de la vida cotidiana.
Se realizaron entrevistas semiestructuradas bajo la metodología de la historia oral y trabajo etnográfico con integrantes pertenecientes a tres generaciones de cuatro familias en torno a sus estrategias de organización familiar para conocer la vida diaria de quienes la conforman, de modo que se tuvo una delimitación temporal de 80 años para analizar lo propuesto en el objetivo de investigación.
¿La familia pequeña vive mejor? No es que las familias mesoamericanas alienten la conformación de hogares con jefatura femenina, sino que las mujeres que son madres y por alguna razón ellas son las que se quedan al cuidado de sus hijos reciben el apoyo no tácito de la familia, las aceptan como tales, como madres solteras. Algunas de las condiciones que se analizan son, la herencia de la tierra, la convivencia y cooperación en eventos religiosos y comunitarios, las redes de apoyo familiar para el cuidado de los menores, enfermos y adultos mayores, la residencia cercana o en casa de los padres, el trabajo que permite el retorno al hogar el mismo día, compartir el mismo tipo de trabajo y por tanto mayor acompañamiento de otros familiares, lo que implica pasar el mayor tiempo posible con personas familiares y/o conocidos de la comunidad, lo que a su vez implica un mayor cuidado de las mujeres para la futura formación de parejas y de la misma vida sexual y amorosa de ellas y su descendencia.
En esta investigación se explica cómo la herencia de la tierra a la mujer impactó en una forma de organización familiar como lo es la formada por mujeres, que sin la presencia de la pareja, se hace cargo de sus hijas e hijos. Esta investigación puede tener un potencial en el ámbito demográfico ya que se deben de considerar otros factores, como la herencia de la tierra, para explicar cómo afecta la formación de familias y hogares.
Fuente: Extracto de la ponencia ofrecida por el autor durante la XII Reunión Nacional de investigación demográfica em México celebrada en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México del 28 al 30 de mayo de 2014.
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