La perspectiva de género
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
Autor: Dr. Carlos David Solorio Pérez
De acuerdo con Fioretti, Tejero y Díaz, (2002), Lagarde y de los Ríos (2005), Minello (2002), Saéz (1990) y Teubal (2001) el sexo es determinado biológicamente mientras que el género es una construcción histórico-socio-cultural y por lo tanto se incorpora a lo largo de la trayectoria de vida de cualquier individuo.
Entre el sexo y el género, el segundo denota mayor reflexión en el ámbito de la investigación social pues aborda elementos culturales condicionados en lo histórico-social y que en la vida cotidiana son parte de la desigualdad en las relaciones de poder entre hombres y mujeres.
El género se aprende desde la infancia, en las relaciones día a día, de ver cómo se relacionan las personas que están en nuestro entorno inmediato. Se aprende al ver e interrelacionarse con otros porque es un proceso aprehendido desde el nacimiento. Por lo tanto las relaciones de género implican relaciones de poder entre los diversos individuos tanto en el ámbito público como en el privado, aunque ambos espacios son también una construcción cultural de la misma división de sexos.
Una perspectiva de género implica analizar todos los niveles en donde se despliegan estas relaciones, es decir, en lo cultural, psicológico, económico, social y político. Esto permite ver cómo se construyen y operan las diferencias entre los sexos que sistemáticamente tienden a colocar a las mujeres en posiciones de desventaja y subordinación (Lamas, 1986; Sanday y Goodenough, 1990; citado en González, 2005b:18).
El género en la familia
Kabeer (1999; 2006) menciona que una perspectiva de género en los estudios de las mujeres permite analizar cómo las relaciones de poder se presentan en el campo familiar y cómo la división del trabajo determina quién hace qué tareas, cómo se asignan y cómo son valoradas social y económicamente, por mencionar algunas pautas de comportamiento. Pero también se debe examinar en relación con el varón.
La familia, como ámbito privado, es un espacio de relaciones de socialización y educación para los miembros que la conforman. Es la que reproduce y transmite valores, actitudes, creencias, detona procesos de agencia en los integrantes de una familia, así como las habilidades y los hábitos que se transmiten y transforman de generación en generación. También tiene repercusión en sus miembros en cuanto a modos de pensar y formas de actuar de acuerdo a la vigilancia, reproducción, sanción, normar pautas y comportamientos de género. Los hijos aprenden lo que es importante para el funcionamiento del hogar y de la misma familia; de esta manera, para algunos el valor primordial puede ser el trabajo; para otros, el estudio; para otros, los valores como la solidaridad o una combinación de alguno de estos o todos ellos.
Fuente: Solorio, C. (2013). Transformaciones y transmisiones intergeneracionales de educación y género en familias de contextos rurales y urbanos de Colima. Tesis doctoral no publicada. Universidad de Colima, Colima, México.
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