SOBRE EL CONCEPTO DE BIOPOLÍTICA EN MICHEL FOUCAULT
El concepto de biopolítica acuñado por Michel Foucault señala la introducción de un nuevo elemento en el interior del poder y sus técnicas disciplinarias. La teoría del derecho individual funcionó sobre la base de nociones predeterminadas y complementarias acerca del individuo y la sociedad que, como resultado del proceso constitutivo de la soberanía, son transformados hacia individuos contractuales y un cuerpo social constituido por el contrato (sea éste voluntario o implícito).
Gran parte de la literatura que constituye el paradigma
canónico y hegemónico en la enseñanza de la teoría política de nuestros tiempos, adopta nociones acerca del funcionamiento del poder, tales como soberanía, derecho, deberes y el contrato como fundamento de cualquier reflexión y avance sobre la idea de gobierno y su ejercicio.
En su investigación, Foucault empezó por sacudir los fundamentos de la teoría política de la soberanía con su noción disciplinaria. A diferencia del poder judicial del derecho soberano, estas tenían que ver con la práctica del poder sobre el individuo y su cuerpo. Más adelante complementó su idea acerca de esta disciplina sobre el cuerpo, con la idea del biopoder y la biopolítica. El aspecto novedoso introducido en el análisis del poder por medio de la noción de biopolítica es que ésta no lidia más con la sociedad (como cuerpo judicial definido por leyes emanadas de un contrato), ni tampoco con el cuerpo individual. Lo que emerge es la introducción del bio-poder como una práctica en donde es el cuerpo social el objeto de gobierno.
También la noción de población: la biopolítica concierne a la población como un problema político y científico, como un asunto biológico del ejercicio del poder. El biopoder no actúa sobre el individuo a posteriori, como sujeto de disciplina en sus diversas formas de rehabilitación, normalización e institucionalización. Más bien, actúa sobre la población de un modo preventivo. Su legitimidad emana de la preocupación por optimizar las oportunidades de vida, y el biopoder opera mediante estadísticas para la prevención de epidemias y escasez. Su gobierno opera a través de los mecanismos de gestión y regulación que son capaces de dar cuenta de fenómenos aleatorios y “no predecibles” a escala global, determinando un equilibrio y protegiendo eventos con un promedio aceptable. El biopoder no es sólo disciplina, sino también regulación a escala global, es “el poder de hacer vivir”. El poder no hará morir, pero sí regula la mortalidad.
La definición de biopoder y disciplina están interrelacionados con un análisis acerca de las implicaciones de aplicar el conocimiento a través de toda la sociedad para “moldear” las subjetividades. Las genealogías contenidas al interior de este marco de valorización de la fuerza positiva del poder tienen por objeto mostrar que la productividad del poder es realizada precisamente mediante las políticas que permiten la formación de los individuos (a través de los planes de normalización) y de la población (mediante la biopolítica de intervenciones a escala masiva).
De esta manera, en la formación de los individuos, dejan de tener importancia los conocimientos, como en el control de la población, las leyes mismas, pues serán sustituidas por las leyes del biopoder. El rol de la legalidad cambia de modo que, en vez de funcionar como árbitro y regulador legítimo de intereses, abdica en favor de la integración social y es forzada a reducir su óptica al de representar intereses negociables, mientras neutraliza y silencia al resto.
Cita del blog especializado en temas de Biopolítica: http://www.generation-online.org/c/cbiopolitics.htm
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