149# ¿Qué puede aportar el pensamiento del Sur al desafío de la transformación educativa internacional?

Ana Mireya Fragoso Martínez

Universidad Pedagógica Nacional 153

México

La clave está en la interacción humana. El ancho de banda de comunicación entre dos seres humanos uno delante de otro es muy grande, aunque en la mayoría del tiempo esté limitado por unas u otras causas, una chispa, una mirada, un gesto, una voz tienen una capacidad de comunicación muy intensa y de canalización del proceso de aprendizaje de los contenidos. En estas capacidades difusas, no cuantificables, subjetivas, se fundamenta la tarea de enseñar, y todas ellas pueden englobarse en la idea de la interacción entre profesor y alumno. La interacción, de un tiempo a esta parte, se ha entendido que pertenecía al territorio de la relación entre las máquinas y las personas, o más concretamente entre los ordenadores y las personas. Debido a la incorporación de la capacidad de adaptar el desarrollo de un programa computarizado a las respuestas, selecciones o eventos suscitados por la acción de una persona que lo maneja. Estamos hablando de una escuela creativa, caldo de cultivo de posiciones transformadoras, cuna de contextos para el cambio social, alejado de las limitaciones del discurso tecnocrático, ajena a posturas de reproducción de la ideología hegemónica (Apple, & Camps, 2007).

La palabra ciencia significa saber, hoy en día al científico se le dice “no se le ocurra saber” o será dueño de un solo un sector del conocimiento, de tal forma, que cuando algún intruso quiera entrar tendrá derecho de echarlo, se debe de renunciar a la idea de comprender el mundo, y a la idea de saber que el ser humano está dentro de este mundo con su sociedad, lo que importa es labrarse un camino y eso es ciencia en cierto modo el “Método” es una rebelión. Lo podemos apreciar en el libro Aldea Global de Marshall McLuhan (1960), el cual fundamenta su teoría a partir de las siguientes ideas: “Somos lo que vemos, formamos nuestras herramientas y luego estas nos forman, la aldea global es un mundo, en el cual no tienes armonía necesariamente, donde la ciencia se percibe en partes y no en su totalidad se tiene extremada preocupación en los asuntos de los demás de manera superflua, y eso no significa necesariamente armonía, paz y tranquilidad.
En las condiciones actuales la explicación que en aula hace el profesor, por muy comunicativo que sea, esencialmente lo que hace es transmitir información. Los otros espacios en los que tiene lugar la labor docente, quedan relegados a unas horas, un día a la semana. La interacción entre profesor y alumno no tiene su espacio y su tiempo. La referencia es una escuela organizada "como un espacio en el que se debaten los temas de más interés, haciéndose eco de las tesis de movimientos críticos (movimientos ecologistas, pacifistas, feministas, multiculturales, etc.)”. La opinión de (Ayusta, Flecha, López Palma, Lleras, 2004. pág. 50); corresponde a una escuela "permeable" al entorno, que introduce en sus dinámicas, en sus programas, en sus planes, en sus actividades, la reflexión sobre los problemas que acucian a la sociedad; una escuela que asienta la opción de cambio individual y social desde una concepción educativa basada en la comunicación, el diálogo, el consenso, la interacción entre iguales y la cultura comparativa.
Agrega (Giroux, 2002 pág. 49), que “la referencia es una escuela que equilibra lo intrasubjetivo con lo social, el papel del sujeto activo y sus propios significados con la construcción colectiva de la realidad”. La relación entre tiempo educativo y unidad temporal de trabajo educativo, dificulta establecer sistemas desatendidos o distribuidos de seguimiento del aprendizaje, puesto que el profesor trabaja por horas de clase. Y por añadidura el alumno debe adaptarse a esas horas, tiene un horario. Existe un único horario de tiempos, aulas y disciplinas para todos los alumnos, todos a la vez, por el mismo camino y de la misma manera parece ser la conclusión de la organización de la actividad educativa.