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"Hace un tiempo atrás escribí un articulo sobre los maremotos. Se titulaba !Tsunami" y fue a raíz de la alarma que ocurrió en la zona de Concepción, Chile. Parece mentira escuchar como todavía seguimos manejando o queriendo manejar la naturaleza y sus fenómenos de un modo filosófico, dialéctico, demagógico. Es imposible ponerse en los zapatos de la natura.

Ella funciona de modo autónomo y, cuando los sustratos terrestres deben ajustarse, lisa y llanamente, así lo hacen. Lo que escribo no tiene perspectiva geológica o de ingeniería alguna. Es simplemente la mirada de un Investigador Social que comprueba in situ los acontecimientos humanos a partir de las causas originadas por el terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010, en la zona central de Chile; específicamente en Talca, Constitución, Concepción y sus alrededores. No conozco algún sistema que se haya instalado a lo largo de toda la costa chilena, capaz de diagnosticar, definir, prevenir, observar el comportamiento del océano Pacifico. NO he visto nunca radares y algún sistema de cámaras inteligentes que, conectadas a un programa informático, delimite la peligrosidad del movimiento oceánico después de un terremoto. No he sentido alarma alguna en la zona costera que, después de algún movimiento telúrico alerte a la población de la salida de mar. No tengo memoria de haber leído algún programa de estudio obligatorio en donde se enseñe desde pre basico, que hacer y como comparte frente a un terremoto y/o frete a un maremoto. Nunca existió una asignatura que enseñe a los estudiantes de todos los niveles y grados como internalizar una cultura sísmica. Si tener una cultura sísmica es no preguntar si va haber o no maremoto cuando el mar se recoge peligrosamente y enviste violentamente la costa, las playas, las casas y poblaciones. NUnca hemos tenido una cultura sísmica porque nunca nos han enseñado a conocer y vivir el tremendismo de causa un terremoto. Frente a un sismo, no existe modo de arrancar hacia algún lado. "

atilio laurence almagia
chile