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EL MALOGRADO VELLOCINO DEL EMPRENDIMIENTO

RUBEN REYNAGA

ARTICULISTA INVITADO

SER EMPRENDEDOR NO ES SINONIMO DE VELLOCINO de oro ni de éxito garantizado. Cuando se habla de emprendimiento, es común que alguien lance peguntas como. ¿Por qué no hay empresarios tipo Zuckerberg, Jobs, Bezos o Dorsey en México? ¿Qué hace falta?

Creo que primero habría que aclarar qué es ser emprendedor. Existe tal cantidad de interpretaciones que podríamos estar hablando de cosas distintas. El término emprendedor ha producido infinidad de creencias y casi ha derivado en una especie de nueva versión del conocido mito de Horatio Alger(1).

 

Con el tiempo se ha empezado a decantar el perfil y nos va quedando una figura más bien iconoclasta, aventurera e imaginativa que transita hacia la transformación y el cambio. Y, aunque la noción universitaria insiste en darle la connotación gerencial, administrativa o empresarial, lo más acertado parece ser un individuo afín a los desafíos, proactivo, tomador de riesgos, descubridor compulso de oportunidades, solucionador de problemas y, por naturaleza, innovador.

Entonces, emprendedor no es sinónimo de empresario. Hay empresarios que no son emprendedores en absoluto. Uno los puede reconocer de inmediato. A veces se usa el ejemplo de una pareja de mexicanos en Estados Unidos que abre un restaurante que se vuelve exitoso. Pero el hecho que hayan aprovechado una coyuntura favorable, un vacío en las apetencias de comida de la comunidad no les hace emprendedores.

Los empresarios y gerentes son altamente necesarios, pero hay que reconocer que la bujía de las innovaciones la provocan los emprendedores, y por tanto los empresarios deberían fomentar una estructura emprendedora en su staff. Lo paradójico es que los empresarios suelen ahuyentar a los emprendedores porque normalmente tienen voz propia, y eso no se soporta en la tradición jerárquica de la empresa mexicana, que suele ser de estirpe familiar.

En una charla con el director del Head Global Service Center de la gigantesca transnacional Ericson en América, Humberto Rezende, con sede en la Ciudad de México, me confió: "Por 100 años hemos sido una empresa líder en el mundo del hardware de comunicaciones, pero Huawei ha generado una enorme inestabilidad en la industria. Por ello, ahora nos movemos hacia el campo de los servicios en la informática y las comunicaciones. Pero tenemos un problema grave, los ingenieros que contratamos tienen mentalidad de productores de código informático y lo que requerimos con urgencia son emprendedores... las universidades no inducen esa actitud de proactividad".

Los grandes fondos de inversión sólo invierten cuando detectan a un emprendedor en el proyecto. Y cuando se detecta, hasta entonces se empieza a considerar el acompañamiento de profesionales como contadores, fiscalistas y buenos administradores que lo operacionalicen. El emprendedor es el spark que hace que sucedan las emergencias de alto rendimiento y rentabilidad.

No se comprende que el éxito tiene dos vertientes: el impulsor, el aventurero, el individuo obsesionado que persigue la materialización de una visión, y los buenos administradores que lo acompañan. El desperdicios des brutal. La importancia está centrada en una especie de "receta de cocina", una fórmula precisa para el fracaso.

El tema crítico del emprendimiento seguirá dando mucho qué hablar. Lo cierto es que México está a la zaga de países, incluso con menos recursos naturales y menos infraestructura física, tecnológica, empresarial y educativa, según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) DE LA London Business School y el Babson College que analiza infinidad de parámetros asociados al emprendimiento. Ejemplo: México, al año 2012, se encontraba en un 12% de actividad emprendedora; superando sólo a Panamá con 9%; mientras que Chile tenía 23% y Ecuador 27%. Todo ello, a pesar de tener de vecino al mercado consumidor más voraz del planeta.

No hay conciencia plena generalizada acerca del perfil correcto del emprendedor, y ello provoca medidas y decisiones desacertadas. Las empresas de todo tamaño no capitalizan la riqueza innovadora que puede aportar un auténtico emprendedor. La mayoría de las universidades siguen formando gerentes y administradores pensando que ello basta para generar emprendimiento, y aunque es importante, no racionalizan la diferenciación y sinergia potencial entre un auténtico emprendedor y un buen administrador o magnífico empresario.

(1) LAS HISTORIAS DE CONVERSION DE LA MISERIA A LA OPULENCIA QUE FUERON ESCRITAS POR HORATIO ALGER.

RUBEN REYNAGA ES RECTOR FUNDADOR DE MULTIVERSIDAD MUNDO REAL EDGAR MORIN.

106 FORBES FEBRERO 2014

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